cortándola sin piedad, siento el dolor de los besos perdidos, solos y hundidos en el olvido infinito.
Cortando las raíces de la sombría soledad, encuentro el nombre de la infinita felicidad
que me envuelve en un beso eterno, que ha de ser recordado por mi y nada más. Porque es para mi
el infinito tesoro de la libertad, el infinito beso del amor verdadero.
Siento el fuego, intenso y violento, que se levanta ante tu mirada cada ves que te acercas
cada vez que respiras y cada vez que caminas, fuego que me invita a quemarme
consumirme en el, hoy y siempre.